martes, 17 de mayo de 2011

Resumen: Marx, El capital (VI. inédito)

Marx, El capital. Libro 1. Capítulo VI. Inédito, México, Siglo XXI, 1971, pp.54-77.

Por Ileana García

Subsunción Formal del Trabajo en el Capital

El proceso laboral ha sido siempre el mismo, no hay un cambio esencial en su forma o proceso; sin embargo, ahora se encuentra subordinado al capital, el cual se vuelve el comprador directo del trabajo y el propietario del proceso de producción. Cuando se dan ciertos cambios en la escala de la producción y el trabajo, la jornada laboral es ahora continua e intensa, hay amplitud de los medios de producción, mayor cantidad de obreros, existe un solo patrón y el plusvalor es absoluto.

El trabajo se convierte, en cuanto posibilidad de creación de plusvalor, en el instrumento de la autovalorización del capital. El capitalista es el dirigente de los procesos de explotación del trabajo ajeno en los cuales el objetivo es obtener más dinero del dinero por medio de la prolongación de la jornada laboral y la obtención de la mayor cantidad de plustrabajo posible.

Los obreros se introducen al proceso de producción del capital en una relación coercitiva de dominación meramente económica (a partir de la cual se pueden desarrollar otros tipos de dominación), en la cual ya no se enfrentan dos poseedores de mercancías, sino un poseedor de mercancías que se ve en la necesidad de vender su trabajo a un poseedor de dinero, para poder satisfacer sus necesidades convirtiéndose así en asalariado. El trabajador, a diferencia del esclavo depende completamente de la venta de su trabajo, pues no tiene asegurado un salario mínimo que cubra sus necesidades puramente físicas, sino que debe trabajar intensamente en la lucha por su sobrevivencia. Como vendedor de mercancías es responsable de la calidad de ésta y corre el riesgo de que su puesto sea tomado por otro vendedor de mercancías. El obrero, según el desarrollo de sus capacidades, recibe en forma de dinero su salario, al cual le es indiferente el tipo de actividad o el contenido de su trabajo. Este dinero lo convierte el obrero en valores de uso.

Quizás la diferencia más grande que tiene el obrero con el esclavo es que aquél es «libre» de escoger la variación de actividad que le permita un mejor salario, y esto se evidencia mediante la migración campo-ciudad.

Subsunción Real del Trabajo en el Capital
o
Modo de Producción Específicamente Capitalista

De la aplicación consciente en el proceso directo de producción de las ciencias naturales y tecnología con determinados objetivos que responden a los intereses del capitalista, surge el plusvalor relativo.

Para que la subsunción se pueda dar, es necesario que existan capitalistas industriales fuertes. Un capitalista necesita el capital mínimo según el desarrollo de la industria que le corresponda, así como los medios de producción a escala social que no tengan relación con la producción del individuo o su familia.

Posteriormente la productividad del trabajo, la masa de la producción, la masa de la población y la masa de la sobrepoblación, junto con el trabajo y el capital disponible, suscitan y se apoderan de nuevas ramas industriales. De este modo, la producción aumenta y las esferas productivas se diversifican. El capitalismo no reconoce límites, pues en el esquema de riqueza por riqueza y producción por producción hay cabida para todas las ramas industriales: los maestros gremiales que dejan de ser artesanos para volverse capitalistas, los comerciantes que se vuelven meros supervisores de la compra y venta de productos, la agricultura que es para el comercio y no la subsistencia, son algunos ejemplos del cambio a la dinámica del capital.

La producción se le contrapone al productor, al obrero, quien la ve como ajena y hostil, no como el fruto de su trabajo, de la misma forma el capitalista ve al obrero como simple medio de producción, esa producción debe llegar a su máximo con la mínima cantidad de trabajo posible, incluso sin importar la voluntad del capitalista, las condiciones de trabajo del obrero son olvidadas.

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