domingo, 1 de mayo de 2011

29.04 Marx. El secreto del plusvalor

Bitácora del 29 de abril de 2011
Por Moisés Morales

El trabajo es, en primer lugar, un proceso entre el hombre y la naturaleza, un proceso en que el hombre media, regula y controla su metabolismo con la naturaleza. Pero se puede caer en la falsa concepción de que los animales realizan trabajos, ya sea la abeja con su panal o el castor con su presa parecería que realizan un trabajo. Sin embargo, el hombre no sólo realiza el acto, sino que proyecta antes la idea que posteriormente plasma en el trabajo. En otras palabras, el trabajo humano es el paso de lo abstracto a lo concreto.

El proceso de trabajo está conformado por los siguientes elementos: el primero, la actividad orientada a un fin, segundo, el objeto y, tercero, el medio. Para su comprensión, debemos recordar la acumulación de Valor de uso en un objeto. Si bien para todos el valor de uso es aquel proveniente del objeto, no damos cuenta de la suma de valores de uso que en sí ya encierra. Por ejemplo, el cuero lleva el trabajo de quien le procuró cuidado a la vaca.


Y aquí entre la suma de valores de uso y la mediación de la materia es que se da el hecho de los tres puntos del proceso de trabajo. Para empezar, el objeto, que es donde se dará el trabajo, puede ya ser natural o materia prima, el primero de origen natural es aquel sin ningún tipo de trabajo. La materia prima ya es tal porque encierra el trabajo anterior de su extracción natural. El medio de trabajo es todo aquello que permite el trabajo. El proceso de trabajo hace que sus tres puntos interaccionen en conjunción y permite el movimiento de la materia para poder ser uno, dos o cualquier de los puntos puesto que el cuero (como materia prima) se volverá el medio para la producción de chamarras donde intervendrán otros medios como el hilo y la aguja, que son ya a su vez producto de un trabajo.

En el proceso de trabajo, los medios de producción pueden ser o bien primordiales, aquellos que permiten el trabajo directo, o bien, los medios auxiliares, esto es, aquellos que permiten realizar el trabajo. Estos son de tres tipos: los que se consumen como en caso del carbón que se consume con el hierro para su producción, los que se incorporan como la tinta sobre alguna tela, y los que ayudan en la ejecución del trabajo.

En este proceso se crea el plusvalor. Imaginemos que en la producción de hilo, un capitalista, quien es dueño de los medios de producción y del objeto que se transforma, en este caso algodón, necesita la actividad, que adquiere del obrero. Compra, pues, su fuerza de trabajo en $60,, así como paga 10 kg. de algodón en $100, en el mantenimiento de los medios $20. La producción de 10 kilos de hilo, los cuales venderá a $180 como lo dicta el mercado, es justa puesto que la acumulación de trabajo en el hilo es solo el sumado de equivalencias. Pero es ahí donde se encierra la trampa, pues el capitalista sólo paga a la fuerza de trabajo la mitad del tiempo y así obtiene el doble de producción, dándole por siguiente en una jornada de trabajo la inversión de $200 de algodón en 10 Kilos, los $40 de los medios y los $60 de la fuerza de trabajo, dándole un resultado de $300 y si tenemos que 20 kilos de hilo valen $360 el capitalista obtiene $60 extra, dando ahí el plusvalor.

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