viernes, 8 de abril de 2011

Resumen: Marx, El capital (Pról., I.1., I.2.)

Marx el año de publicación de Das Kapital (1867)
Karl Marx, El capital, México, Siglo XXI, 1975, pp.5-57.
Por María González

PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN Y PRÓLOGO A LA TRADUCCIÓN ALEMANA

La obra de “El Capital” es el seguimiento de la “Contribución a la crítica de la economía política". El primer apartado es el más complicado. El valor en la forma de dinero carece de contenido, el simple hecho de abstraerlo y explicarlo en formas económicas hace que su articulación sea compleja; sin embargo, esta obra no se la puede acusar de ser difícilmente comprensible.

La intención del escrito radica en la investigación de los modos de producción capitalista y las relaciones de producción e intercambio a él correspondientes. En comparación con Hegel, el en sí y el para sí no son metas a lograr, sino una imposición del vencedor para el futuro que se desarrolla.

El objetivo es, en definitiva, sacar a la luz la ley económica que rige el movimiento de la sociedad moderna, de la cual no se pueden separar las fases consecutivas de los desarrollos históricos. En el dominio de la economía política, la investigación científica libre enfrenta al mismo enemigo; el interés privado.

En el primer tomo, se expondrán una serie de conceptos teóricos que, al traducirlos al francés e ingles perdían cierto sentido, por eso Friedrich Engels decide reelaborar los escritos para su mejor comprensión.

CAPÍTULO I

1. LA MERCANCIA

El análisis se centra en la mercancía. En un primer instante la mercancía es un objeto exterior, que realiza las necesidades existentes. Resultando en un punto de vista doble, el de la cualidad y el de la cantidad, el hecho de darse cuenta de esto constituye ya un hecho histórico.


La utilidad que representa un objeto deviene en valor de uso, determinado y condicionado por las partes que lo conforman, al mismo tiempo que en su carácter cuantitativo. Lo que lo ejerce es el consumo, al igual, el contenido material de la riqueza.
En su forma social el valor de uso se nos representa como valor de cambio, relación cuantitativa, que se genera con los valores de uso de una clase con otra clase y que varían en espacio y tiempo. Lo que caracteriza a la relación de cambio entre mercancías, es la abstracción de sus valores de uso, es decir en sus diferencias como utilidades.
También, si le quitamos corporeidad al valor de uso, nos queda la propiedad del resultado del trabajo, este a su vez nos pone un producto ya transformado. Ahora bien, si abstraemos el valor de uso, abstraemos el trabajo humano.

El producto del trabajo trae consigo una fuerza humano anterior o un cumulo de fuerzas que se representan en forma cristalizada como valores, que se entrelazan con la relación de cambio, es decir, para que existe un intercambio entre mercancías necesita existir el valor de estas generada por el trabajo.

La medición de la magnitud del valor se logra entender por la cantidad de trabajo empleado en la obtención de un valor de uso, teniendo al tiempo o duración como unidades de medida. Entonces cada una de las formas de trabajo individuales se articula bajo la misma fuerza de trabajo humana que las demás, en la medida en que posee el elemento de fuerza de trabajo social medio, o bien, el tiempo de trabajo socialmente necesario para la producción de una mercancía.

Hasta ahora cada mercancía representa el valor medio de su clase. Por ejemplo, las mercancías que poseen un tiempo igual en trabajo, tienen la misma magnitud de valor. Esta magnitud se ve alterada cuando hay un cambio en la fuerza productiva del trabajo ya sea por la destreza del obrero, el desarrollo de la tecnología o las condiciones naturales existentes. Por ende, la magnitud del valor de una mercancía varía en razón directa con la cantidad de trabajo efectivo e inversa a la fuerza productiva de este trabajo.

Para que un objeto sea mercancía, necesita producir valores de uso social, esto ocurre cuando alguien más necesita satisfacer sus necesidades con un valor diferente (que se encuentra en otra persona).

2. DUALIDAD DEL TRABAJO REPRESENTADO EN LAS MERCANCIAS

Tenemos dos mercancías, una chamarra y diez lienzos de tela, la primera vale el doble de la segunda. La chamarra tiene un valor de uso específico, para su producción se necesita un determinado tipo de actividad productiva, lo que nos lleva a un trabajo útil, ya que el trabajo se caracteriza por su efecto de utilidad.

Con la adquisición y acumulación de mercancías se pone de manifiesto una aglomeración de trabajos útiles, una representación de la división del trabajo, que si bien constituye un factor para la existencia de la producción de mercancías, no es condición para la existencia de la división del trabajo.

La relación entre chamarra y trabajo tiene que ver con el valor de uso, en donde la relación no se ve afectada por él ni en sí ni para sí, por el hecho de que la ocupación del que elabora los lienzos pertenece a un miembro autónomo de la división social del trabajo.
El trabajo complejo puede ser representado como un trabajo simple potencializado, teniendo como trabajo simple al trabajo humano en general.

Por más que una mercancía sea el producto del trabajo más complejo, su valor se equipara al producto del trabajo simple y, por consiguiente, no representa más que determinada cantidad de trabajo simple.

La chamarra y el lienzo no solo son valores en general, sino valores de magnitud específicos, dado que la primera mercancía implicó un tiempo y esfuerzo especifico. En sí y para sí, una mayor cantidad de valor de uso implicará una mayor riqueza. Cuando se aumentan las fuerzas productivas y por ende los valores de uso, la mercancía se va transformando en nuevos valores.

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