viernes, 25 de marzo de 2011

23.03 Marx. La crítica a la religión

El joven Karl Marx
Resumen de Darío Cruz

Primeramente, la cotidiana sesión de preguntas fue, una vez más, el comienzo para el desarrollo de la exposición por parte del profesor.

Y así comenzó ésta: La Crítica a la Religión por parte de Karl Marx hacia “La Filosofía del Derecho” de Hegel fue uno de los tópicos más interesantes dentro del desarrollo que surgiría en la clase. Para Marx, la Religión era una mera “inversión” de dos aspectos fundamentales: la Realidad y la Creación. La Religión surgía como una negación de la realidad, es decir, vivimos en un “mundo falso”; la Realidad (verdadera) se encontraba en un reino denominado “Más allá”. Bajo esta misma concepción, el hombre es creado por un ente superior denominado Dios.

Sin embargo, aceptar esta afirmación implicaría una serie de contraposiciones que Marx no duda en poner en juicio. Así pues, la Crítica a la Religión de Marx establece que la Religión es una creación intelectual. La Crítica resultaría ser la negación de la negación, es decir, la superación de la Religión.

Ahora con estas nuevas premisas, es necesario comprender que el hombre no es producto de la Religión, sino todo lo contrario. Las verdaderas preocupaciones son en verdad dentro de este reino que comúnmente conocemos como “realidad”, es decir, nuestro y tangible “Más acá”. Sin embargo, aún existe una inquietud: ¿Por qué el hombre creó a la Religión? Una respuesta admisible sería que la religión enfrenta condiciones materiales o espirituales tales como las fuerzas de la Naturaleza o la muerte.

Precisamente, la consecuencia de la Crítica a la Religión sería el llegar a la conciencia de la creación de Dios para reasignar el lugar del hombre como creador de sí mismo. La arbitrariedad de la vida miserable puede apelarse al darse cuenta que la realidad está rodeada de circunstancias histórico-materiales. La Religión es una ilusión, una verdad aparente, un momento de la verdad que hay que superar. De ahí la importancia de negar la religión para Marx: no reducir al ser humano a lo abstracto sino a lo concreto.

De esta manera, Marx establece dos tareas que nacen de esta crítica. La primera, una tarea histórica, la cual se encargará de desaparecer al “Más allá” de la verdad y superarlo para ver al “Más acá”. Lo que hay que conseguir es en esta vida, no en la “otra”. La segunda resulta ser la tarea filosófica, la cual está dividida en dos críticas. La primera corresponde a desenmascarar la figura sagrada de la enajenación humana (Entfremdung). La enajenación no es natural. La segunda crítica filosófica se encargará de desenmascarar a “lo profano de la enajenación”.

La tarea que asume Marx es a una crítica del statu quo (el estado de la cuestión), es decir, una crítica a las instituciones políticas, a la estética, a la religión, etc., porque son creaciones humanas y no espirituales. La conciencia de la opresión radica en que los hombres son los que hacen sus instituciones.

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