miércoles, 1 de junio de 2011

Resumen: Marcuse, Fenomenología del Espíritu

Marcuse Herbert, Razón y Revolución, Madrid, Alianza, 1971.

Versión de Oscar López

La fenomenología del espíritu

La Fenomenología intenta conducir al entendimiento humano cotidiano al entendimiento filosófico, a la verdad absoluta: el conocimiento, abandonando un conocimiento por otro, pasando de la certeza que dan los sentidos de la percepción, al entendimiento, del entendimiento a la autocerteza, hasta llegar a la verdad de la razón. Donde el factor que determina el curso es el de la relación en constante cambio entre la conciencia y su objeto. Inicialmente, el objeto y el sujeto aparecen como independientes, pero en un segundo momento, ninguno de los dos puede subsistir de un manera aislada, pues el objeto tomó su objetividad del sujeto y el sujeto comprende que el mundo se hace real mediante el poder de comprensión de la conciencia, dirigida hacia el objeto, de esta manera el sujeto se convierte en la absoluta negatividad por tener la capacidad de negar cualquier condición dada.

En el Prefacio de la Fenomenología del espíritu se hace un intento por reinstaurar a la filosofía como la forma más alta de conocimiento.

El conocimiento se funda en la intuición de que la esencia y la existencia son dos procesos diferentes y los objetos que se reciben de la experiencia inmediata no logran satisfacer el conocimiento porque son accidentales. La esencia surge en el proceso de la existencia, y al mismo tiempo, la existencia es un retorno a la esencia.

El objeto de la experiencia se presenta a través de los sentidos formando conocimiento sensible, en este punto el sujeto parece inesencial, pero el sujeto al darse cuenta que el objeto aparece bajo dos categorías universales como el Aquí y el Ahora (que son universales a pesar de su contenido), que bien pueden ser negaciones, la experiencia se ve obligada a regresar al sujeto, negando que el objeto tenga existencia independiente del sujeto.

Así es que la experiencia sensible descubre que la verdad no radica en ella sino en una doble negación: primero, del objeto cuya existencia es per se, segundo, del Yo individual.

El objeto que se estudia, es una cosa y una multiplicidad por lo que el análisis de la percepción va más allá que el de la experiencia sensible. La unidad de la cosa está constituida por las relaciones con las otras cosas: la unidad del ser para sí con el ser para otro. La unidad de la multiplicidad se da por la fuerza, concepto que es propio del entendimiento, por lo tanto, la substancia de la cosa sólo puede ser comprendida como fuerza, y si esto se hace, se divide la realidad en dos dimensiones, ya que la fuerza no es una identidad del mundo de las percepciones.

Lo real es lo que está mas allá de las cosas, entonces la apariencia no es un no-ser, sino que se puede entender como la apariencia de la esencia, y esta es la primera visión imperfecta de una manifestación de la razón.

La esencia de la cosa es la fuerza, y la esencia de la fuerza es la ley, la fuerza regida por la ley es lo que caracteriza al sujeto autoconsciente. Así el concepto de fuerza conduce a la transición de la conciencia a la autoconciencia.

El hombre ha aprendido que su propia autoconciencia esta atrás de las otras cosas. La autoconciencia se encuentra en un estado de deseo de los objetos que lo rodean, pero se da cuenta que sólo puede ser satisfecho por la relación con otros individuos. Es donde interviene la relación del señor y el siervo, la cual está dada por una forma de trabajo definida, y en la relación del hombre con los productos de su trabajo, y el proceso del mismo crea la autoconciencia no sólo en el trabajador, sino también en el señor.

En un primer momento, la libertad se entiende como la existencia con los otros, donde se permanece consigo mismo, la libertad es la autosuficiencia y la independencia con respecto a todo lo externo, en donde todo lo externo ha sido objeto de apropiación del sujeto, debido a la restricción que impone la apropiación de diversos objetos externos al sujeto, la libertad sólo puede darse en el pensamiento, pero este intento de definición de la libertad, no tiene ningún contenido concreto, sólo es pensamiento que se piensa a sí mismo, por lo tanto es una noción de libertad, no es la libertad viviente, libertad real.

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