miércoles, 1 de junio de 2011

Resumen: Marcuse, Escritos teológicos de Hegel

Hebert Marcuse, Razón y revolución, Barcelona, Altaya, 1994.

Versión de Jorge Luis Chávez

Primeros escritos teológicos de Hegel

Estando en la universidad teológica de Tübingen, Hegel escribe, influenciado por el tono (religioso) de las discusiones, sus primeros textos acerca de política. En estos primeros acercamientos de la religión con la política. Hegel sisgue las ideas de Montesquieu acerca del espíritu general. Con esta idea desarrolla su concepto de Volkgeist (espíritu de la nación), éste no es de carácter metafísico pues su contenido se refiere a las condiciones naturales, técnicas, económicas, morales e intelectuales de cada nación; todo esto va ser lo que determina el desarrollo histórico de una nación.

Siguiendo con sus investigaciones de teología y la política Hegel escribe sobre la relación entre el individuo y el Estado. Hegel define al Estado como el consentimiento de los individuos respecto de sus derechos y deberes, que protege de peligros externos e internos que puedan atentar contra la perpetuación del conjunto. Al contraponer a esto la idea de que el individuo posee derechos inalienables (derechos que lo hacen hombre), Hegel declara que “el hombre está condenado a aceptar las relaciones sociales que limitan su desarrollo”. Siguiendo con esta línea de pensamientos existe la propuesta de un “armonía natural” en el Estado, ejemplificando con lo casos de la república romana y las ciudades-estado griegas (las cuales eran un pasado maravilloso de Europa), dice que esta “armonía natural” se disolvió porque los integrantes de esos Estados volcaron su interés a la seguridad de su propiedad privada “olvidándose” del interés común. De estas declaraciones, Hegel se aboca a estudiar el papel que desarrollan las instituciones sociales en el progreso de la historia.

Los principios del concepto de “alienación” se observan cuando el filósofo alemán dice: el mundo del hombre, que fue creado por el trabajo y el conocimiento, ahora se opone a sus necesidades internas. Entonces, en este mundo se ha perdido la unidad y la libertad, reconociendo que esta perdida se resuelve en los conflictos de hombre-naturaleza, idea-realidad y conciencia-existencia. De estas observaciones, los escritos de Hegel giran a la filosofía (en su tradición occidental desde Descartes) en la cual ve la misión histórica de analizar las contradicciones que encierra la realidad y demostrar su posible unificación. Se centra así en el conflicto objeto y sujeto como resumen de las contradicciones que había puesto de relieve anteriormente.

El concepto de Vida será el primer intento de unificación para los conflictos filosóficos en los que se encontraba. La Vida (en Hegel) es espíritu, Ser omnicomprensible de los antagonismos de la existencia, Ser racional y la unidad específica del hombre. La Vida se distingue por la relación con sus determinaciones y el mundo como un todo. Con este concepto (Vida) el objeto es inanimado, unidad que contradice al universal. El sujeto (viviente) deriva un ser cuyos estados (Zustände) se hallan integrados en una unidad completa. Todo individuo viviente posee la esencia o potencialidades de la vida y es capaz de invalidar sus limitaciones en virtud de poseer dicha esencia. La vida del hombre es la única capaz de alcanzar la libertad por entender las potencialidades del objeto y el sujeto (esto lo hace sí mismo). Todo esto es una mediación (Vermittlung) lo cual hace al ser viviente un sujeto real.

Otro termino acuñado en estos años por Hegel fue el de Geist (espíritu) el cual es un agente unificador de la vida y no una fuerza ciega natural, también es un intento por lograr la unificación del antagonismo objeto-sujeto en tanto exista libre actividad y comprensión del sujeto. Sin embargo, aparece otra cuestión en estos primeros escritos filosóficos de Hegel, la diferencia entre el ser determinado (Seiendes) y el Ser como-tal (Sein). Retomando a Aristóteles, Hegel concibe al Sein como un movimiento al contrario del cual todo ser particular toma la forma de lo que en verdad es. En Aristóteles este movimiento se entiende con la potencia y el acto, siendo el movimiento “más alto” en el que cada una de las potencialidades se ve plenamente realizadas (actualizadas). Este movimiento supone la existencia de un Ser que es puro pensamiento y razón, donde nada queda fuera de sí. Esta influencia es importante para el desarrollo de su concepto de dialéctica, el cual será utilizado en la sociedad (con la contraposición de esa perfección racional a la anarquía y esclavitud del mundo).

No hay comentarios:

Publicar un comentario